Duele, pero hay que aceptar que el panorama general del país exibe un cuadro muy sombrío en casi todos los órdenes que configuran el quehacer nacional,  de los cuales uno de los más cuestionados es el de la educación. Muchos analistas de la gran problemática nacional señalan que el primer paso para la salida de la encrucijada esta en la revisión y reforma de los planes académicos, tanto en calidad como en cobertura. Es posible que esto sea absolutamente cierto, pero deriva como interrogante: dentro del propio campo de la educación  ¿por dónde se debe empezar? Esto necesariamente obliga a proyectos macro del gobierno, pero considero que no hay que esperar a que esos proyectos vean la luz pública para ir mejorando.